40 aniversario de nuestro primer
cursillo
Este año se cumplen el 40
aniversario del primer Cursillo de La Pampa siendo sus precursores Osvaldo Cuadro
Moreno y su esposa Adelma recién llegados desde San Rafael donde había
hecho su cursillo. Ante la inquietud de contar con cursillistas locales visitó a
Ms. Jorge Mayer quién sabiendo que era indispensable la presencia de un
sacerdote le pidió al Padre Teófilo Herrera el apoyo para este nuevo Movimiento.
El Padre Teo. (así lo llamábamos todos) era oriundo de Ciudad Real y allí mismo
donde residía Ms. Hervas quién junto a un grupo de laicos son considerados los
impulsores del M. C. C. Contando con el apoyo del Secretariado de San Rafael de
inmediato se comenzó a enviar pequeños grupos de hombres y mujeres a hacer los
cursillos allá.
Para interiorizarse de lo que era
el M. C. C , Ms. Mayer fue a hacer su Cursillo a San Rafael y demostrando la gran
humildad que siempre lo caracterizó, se integró a una Decuria como uno más.
Solamente acompañaba al equipo en las
reuniones de la noche.
Calculo que cuando seríamos unos
treinta Cursillistas de Santa Rosa y unos diez entre los de T. M. Anchorena y
M. Riglos, surgió la inquietud de hacer los cursillos en nuestra Diócesis por
lo que fuimos a ver al Sr. Obispo. Nos ofreció una casa propiedad del Obispado
en Anchorena que había sido construida como Sanatorio y que solamente se usaba
como depósito de cereales. La casa quedaba a cien Km. de Santa Rosa. Que los
caminos fueran todos de tierra, que cuándo llovía había que preguntar por teléfono que ruta estaba
transitable, que la casa rio tenía instalación eléctrica no importaba, allá
fuimos!; ¡nos hubieran visto! parecíamos chicos con juguete nuevo. Qué acá la
sala de rollos, que allá la capilla, acá los dormitorios, etc. hasta que
volvimos a la realidad del mundo, se necesitaba mucho dinero para arreglarla.
Lo bueno que tenía, era que se encontraba en muy buen estado no obstante ser
una construcción del siglo pasado. Allá fuimos con nuestros lamentos al Obispo
y nuevamente saltó el apoyo por parte de EL. -"Pegada a la casa hay cerca
de 100 hectáreas que en este momento están inactivas, menos venderla pueden usarla
para lo que quieran" y desde ese momento toda la comunidad se entregó de
lleno para lograr ese primer Cursillo y ahí estaban Carlos Chapalcaz con Marta,
Alberto Larrea y Beba, Rubén Rivas y Alicia, Pelusa Bamba y Lita, Horacio
Bustos y Rosita, Antonio Gómez y Chola, Mario Vicondo y Olga, Israel Figueroa y
Elena, Héctor De La Iglesia y Teté, Gunter Costabel y China, Jack Swinnen y
Cuqui, y por supuesto Umberto -quien escribe- y Chichita mas toda la gente de
M. Riglos y Anchorena y perdón si me olvido de alguien pero ya pasaron más de
cuarenta años... „Jack fue el que hizo la distribución
de las habitaciones y quedó tan perfecta que hasta el día de hoy ni siquiera le
han movido una puerta. El entusiasmo era tal que rápidamente conseguimos el
apoyo de todos, Placido arrendó las 100 ha. y adelantó el pago de 5 años. Se
pidieron cuatro presta mos personales al Banco de la Pampa que se pagaron entre
todos y comenzaron los arreglos de albañilería y levantar paredes, hacer los
baños, etc.
Los hermanos de Riglos y
Anchorena recibían ios materiales que se iban comprando. Nosotros desde Santa
Rosa viajábamos los fines de semana generalmente acompañados de nuestros hijos
que además de jugar en tan enorme casa a veces nos ayudaban a rasquetear
puertas y ventanas. La instalación la hicimos bajo la dirección de Nicolás Colisigno
cursillista de La Plata. También tuvimos la colaboración de cuatro presos de la
Colonia Penal acompañados de un guardia cárcel que pintaron la casa y con
quienes compartíamos la comida y la casa cuando nos quedábamos a dormir por
algún feriado largo o los sábados. En lo personal reconozco que la nueva casa
de Nazaret. es mucho más cómoda, más higiénica, etc. pero lo que se vivía en
esas de grandes habitaciones en el que cada equipo compartía las vivencias del
día o se hacían bromas como la que hacía Luis María Ares que despertaba cuatro
o cinco de la madrugada y se ponía a cantar "Torna a Sorrento" con
esa voz potente que despertaba hasta las vinchucas que la semana anterior habíamos
combatido. Queridos hermanos estos y otros recuerdos son parte de la vida del
Movimiento de Cursillos. De colores.
Umberto Villanueva
CURSILLO N° 1