lunes, 30 de agosto de 2010

Reflexiones sobre el liderazgo Cristiano ¿A quién enviaré?

Nuestro trabajo como Cristianos o dirigentes de Cursillos  no es  aferrarnos al poder eternamente, sino extraer de los demás las mismas cualidades que Dios encontró en nosotros. Un buen dirigente o asesor espiritual es uno que sabe lo suficiente para encontrar los reemplazos.
 Frank Salmani 


Libro: ¿A quién enviaré...? Discerniendo la voluntad de Dios
Capítulo IV
"Las Tentaciones del Liderazgo"


Ya hemos dicho que cuando a Jesús le fue dada la tremenda tarea de ser el Mesías, Él inmediatamente se despojó de toda tentación de ambición. Se vació de todo lo que El merecía como Dios para poder ser un auténtico servidor del Padre. El ejemplo de humildad que nos muestra Jesús es un recordatorio de que la primera cosa que un líder debe hacer es desechar toda ambición y deseo de poder. El líder debe ser el que habilita y motiva a otros y que libremente les da el poder que tiene. Cuando hablamos de ser un líder por Cristo, el asunto no es uno de control, sino de servicio, y responsabilidad. Es muy importante para los líderes, el deshacerse de toda ambición porque, como mencionamos en el capítulo anterior, los líderes por su naturaleza propia son personas ambiciosas. Ellos tienen ese espíritu de iniciativa y la motivación que los hace diferentes a sus seguidores. Es muy  fácil para cualquier líder, especialmente los líderes Cristianos, ser tan llenos de sí mismos que sus ambiciones se llevan lo mejor de ellos. 


Cuando Jesús fue llevado al desierto, Él hizo frente a tres diferentes demonios de ambición. Para ayudarles a entender qué significan estos tres demonios, una vez más me refiero al libro del Dr, M. Scott Peck titulado "Un Mundo Esperando Nacer". Las observaciones del Dr, Peck son útiles por un par de razones. Primero que nada, el Dr. Peck nos da una perspectiva del liderazgo en el mundo secular y ya que nuestro propósito final es la transformación de la sociedad a Cristo, su entendimiento de la necesidad de un liderazgo civil nos puede ayudar a poner el discipulado Cristiano en perspectiva. Segundo, la percepción del Dr, Peck, es muy valiosa porque a  través de los años él ha comprendido que muchas de las crisis en la vida tienen como base la fe y la religión. La propia conversión del Dr. Peck le enseñó que sin algún tipo de creencia religiosa, la vida es vacía. El Dr. Peck ve a Jesús y al Cristianismo como normativos para todos los comportamientos humanos y sus observaciones pueden ciertamente ayudarnos a entender la dinámica de un líder Cristiano. 

¿Cuáles eran esos tres demonios de ambición que Jesús enfrentó de acuerdo al Dr. Peck? En la primera tentación, el demonio le pide a Jesús convertir piedras en pan. A primera vista esto parece inofensivo. Después de todo, Jesús había estado en ayuno durante 40 días y ya en ese momento tendría hambre. ¿Qué hay de malo en que un hombre en ayuno quiera comer? Recuerden, sin embargo que el demonio es astuto. Satanás nunca nos tienta con algo que parece malo a primera vista. Satanás generalmente nos seduce con algo que parece inofensivo a primera vista.

Esto es lo que él hace con Jesús. Él le dice, "Come, tú tienes hambre. Dios no quiere que mueras de hambre, ¿verdad que no?" La verdadera tentación no tiene nada que ver con comer o no comer. Jesús no fue tentado con comida, sino con el miedo a morir de hambre. ¿Qué quiere decir esto? Muy simple, es un principio de la vida que quiere decir que cuando uno está en la cima, sólo hay una forma de bajar. El miedo a morir de hambre significa que lo suficiente nunca es suficiente. Jesús era el Mesías. No había más dignidad y poder que Él pudiera pedir. El demonio le dice, "Agárrate a lo que tienes o lo perderás."

Cuando Jesús rechaza el pedido de Satanás de convertir las piedras en pan, Jesús no rechaza la comida, sino la seguridad o el aferrarse a una ilusión de seguridad. Por eso es que Jesús le dice a Satanás que no sólo de pan vive el hombre.

Nuestra verdadera seguridad nos viene de Dios, no de ningún poder terrenal. Para cualquier líder, la primera preocupación no puede ser agarrarse a alguna posición a cualquier costo ... 

"Hay una profunda tendencia cuando uno alcanza una alta posición en los negocios, de aterrorizarse con la idea de perderlo y por lo  tanto una profunda tentación de sacrificar la propia integridad con tal de no perderla ... una regla que gobierna el uso civil del poder... es 'Olvidare asegurar tener trabajo'... El punto es tener el poder. El punto en la civilidad, sin embargo es, tener poder es tener la oportunidad de servir.

Cuando uno cede a la tentación de mantener el poder, uno simplemente no es libre para servir, para hacer las cosas bien ... Para ser libre ... el gerente civil debe estar preparado a dejar su puesto o ser despedido en cualquier momento." 

Ser un líder no necesariamente significa ser popular. Ser un líder para Cristo significa quedarse frecuentemente sólo y apartado, porque hacer lo correcto es más importante. Muchas veces cuando escucho la gente decir cosas como: "Tú no tienes amor; tú no muestras compasión; Jesús no hubiera actuado así," generalmente lo que la gente quiere decir es "no he conseguido lo que quería." Como líderes Cristianos y como dirigentes de Cursillo, debemos preocuparnos por hacer lo que es correcto y no por mantener nuestro puesto. Los líderes Cristianos necesitamos muchas veces tomar decisiones fuertes aunque estas no sean las más populares. Dentro del Movimiento de Cursillos, los Directores Laicos, los Directores espirituales y los Secretariados están llamados a difundir la verdad, sea esta popular o no, y aunque ponga en peligro la "seguridad del puesto" o no. Recuerden, antes que nada, somos discípulos del Señor, Dios nos protegerá y velará por nosotros. 

En segundo lugar, Satanás le pide a Jesús que se tire del peñasco. Aquí Satanás está diciéndole a Jesús Pruébate a ti mismo, muéstrale a todos cuán grande y poderoso eres. La tentación que los líderes confrontan aquí es pensar que necesitamos probarle a los demás que grande y poderosos somos, pero cuando alguien tiene necesidad de esto, mi primera pregunta es: ¿A quién están tratando de convencer? ¿A ellos mismos? ¿¡los demás? Un líder necesita dirigir. Un líder no necesita probar que es líder. No necesitamos usar nuestras posiciones de poder y autoridad como una carta debajo de la manga. No tenernos nada que probar a nadie. Muy frecuentemente cuando los líderes sienten que tienen que demostrar que lo son, es realmente un problema de estima personal.

Aquéllos que confían en Dios y en las cualidades que Dios les ha dado, no necesitan ostentar el hecho que son líderes. No tenernos que ser como el matón que necesita impresionar con su fuerza para probar que él es el jefe, los líderes Cristianos y los dirigentes cursillistas no necesitan probar nada a nadie. Cuando Dios nos llama, ese llamado es toda la afirmación o prueba que uno necesita. 

Finalmente, Satanás le dice a Jesús que si Él le rinde homenaje y le sirve, todos los reinados del mundo serán suyos. Aquí la tentación es el deseo no de servir pero de ser líder. En otras palabras, la motivación de ser líder no es para que uno pueda servir, sino la de ser líder para tener una posición de poder. 

"La última tentación es el deseo de buscar el poder por buscarlo... No es un deseo de estar en una posición de servicio ... es sólo el deseo de ser un líder ... esto fue paradójicamente tentador porque Jesús tenía un profundo deseo de servir. Piensen lo bien que Jesús hubiese podido servir como rey de reyes, como el emperador del mundo! Piensen en las maravillosas cosas que Él hubiese hecho con tal poder. .. i Hubiese hecho historia no sólo como el más poderoso sino también como el más sabio, el más justo, el más benefactor y el rey más humano que haya existido! 

Si querernos ser discípulos de Jesús debemos entender que no somos indispensables. El Cristianismo. la Iglesia. el Movimiento de Cursillos no crecen ni caen de acuerdo a nuestro desempeño. ¿No te suenan familiares estas afirmaciones?  
  • Si yo estuviera en la Escuela de Dirigentes. entonces yo podría... 
  • Si yo estuviera en el Secretariado,entonces yo pudiera cambiar ... 
  • Si la Iglesia ordenara mujeres, la Iglesia mejoraría... 
  • Si yo fuese Obispo, las cosas irían diferente en la diócesis... 
  • Si yo fuera el Director Laico, el Movimiento tomaría impulso ..., etc., etc.

Estas afirmaciones no tienen nada que ver con ser líder para servir. Estas afirmaciones son sobre querer ser líderes para tener poder. Este es el tercer demonio de ambición. He aprendido a través de los años. que mientras sea sacerdote puedo hacer el trabajo de Dios. No importa si soy el párroco. el obispo o lo que sea. Dios me ha llamado y lo que importa es que yo le sirva a Él en la capacidad que estoy ahora. Frecuentemente los líderes no son efectivos porque gastan más su tiempo enfocándose en el poder y la autoridad que tienen o que buscan que en concentrarse en el trabajo que tienen que hacer. Todos los cursillistas tienen un papel importante, el de traer el mundo a Cristo. sin importar el título que tengan. 

Lo más importante no es preguntarnos ¿qué puesto de autoridad tengo? sino "¿dónde está mi corazón?" ¿Está mi corazón en mi ambición personal o en Dios? Esta es la pregunta a la que cada uno debe responder honestamente si vamos a ser verdaderos servidores de Dios. ¿Quiero ser un líder para poder dirigir o con el fin de servir? Consideremos la imagen de líder que querernos proyectar meditando en las palabras de San Pablo a los Efesios:
"Como hijos amadísimos de Dios. esfuércense por imitarlo. Sigan el camino del amor,a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros. como esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios .... con bondad,con justicia y según la verdad, pues esos son los frutos de la luz. Busquen lo que agrada al Señor. No tomen parte en las obras de las tinieblas, donde no hay nada que cosechar; al contrario, denúncienlas. 
Dice san Pablo que cuando Jesús se ofreció por nosotros, su presencia llenó el ambiente con una agradable fragancia Esto es lo que ser discípulo debe hacer por los demás. No llevamos a otros hacia nosotros, sino a Cristo. Nosotros no somos el punto central. Por nuestras obras nos conocerán nuestras obras serán llevar el mundo a Cristo en nuestro  Cuarto Día. Por el poder del Espíritu Santo podemos evita estos demonios de ambición y mantener nuestro enfoque en servir sólo a Dios. 

Hay una verdadera liberación en dejar el poder y el control, y este es el secreto de un verdadero líder. El único líder es el; servidor, el que ve las necesidades de la comunidad. El líder hace lo que es correcto, sea popular o no. El verdadero líder no está pendiente a quedarse con una posición o título, sin simplemente trabajando allí donde Dios quiere que esté. El verdadero líder no se desanima ante los fracasos apostólicos, ni se siente inflado de orgullo ante los éxitos, ya que todo es obra de Dios. La lucha contra los demonios de ambición es una lucha diaria y sólo nuestra actitud hará toda la diferencia. Finalmente, seremos los líderes que Dios quiere que seamos confiando en Él. Quienes buscan poder usualmente actúan de ese modo porque tienen miedo y están inseguros. Es por eso que la frase que Dios habló a Isaías el profeta es apropiada para ser considerada aquí-"

No tengas miedo "el verdadero" discípulo y líder nunca tiene miedo, siempre valiente, siempre confiando en Dios y encontrando gozo en el privilegio de ser el servidor elegido por Dios.

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Resumen del capítulo 
  1. Ya que los líderes son naturalmente ambiciosos, fácilmente sucumben a las tentaciones de ambición. 
  2. Jesús enfrentó tres demonios de ambición en el desierto:  el temor de perder su seguridad; la necesidad de probar su grandeza; el deseo de ser líder sin servir.
  3. El verdadero líder es aquel que velará las necesidades de los demás; hace lo que es correcto y no está preocupado con popularidad o éxito personal.
  4. Para saber la clase de líderes que somos, podemos hacernos esta simple pregunta: ¿Dónde está mi corazón?
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Preguntas para Reflexión y Discusión
  1. ¿Cómo cada una de las tres tentaciones que enfrentó Jesús se relaciona con el dirigente de Cursillo?
  2. ¿Qué podemos hacer para evitar los demonios de ambición?
  3. ¿Qué haya raíz de la necesidad en seguir el deseo de una ambición?
  4. ¿Por qué casi siempre tenernos miedo en ceder control?
  5. ¿Dónde está mi corazón? ¿Está dirigido hacia Dios o a mis necesidades personales?




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¿A quién enviaré?

Discerniendo la Voluntad de Dios

Ediciones Cuarto Dia - www.cuartodia.org
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Nota: Artículo enviado por el hermano David Sardi

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